Oración de
Bendición y Prosperidad
Dios
,Bendíceme,
Ensancha mi
territorio
Ayúdame, aleja
de mi el infortunio
Y pon fin a mi
aflicción.
Amen.
Crónicas 4:9,10 (Oración de Jabes)
Bruce Wilkinson, pastor estadounidense que
ha estudiado la oración de Jabes y sus efectos durante décadas,
señala: La propia naturaleza de Dios consiste en que tiene bondad a
tal grado de abundancia que sobrepasa la indignidad de nuestras
vidas. Si piensa acerca de Dios en cualquier otro modo, le pido que
cambie su manera de pensar.
¿Por qué no establecer el compromiso para toda la vida de pedirle a
Dios que lo bendiga todos los días; y mientras Él lo
cumple, que la bendición sea abundante y
generosa?
Solo nosotros limitamos la liberalidad de Dios, no son sus recursos,
poder o voluntad para dar. "
Prosigue Wilkinson: "Somos nosotros quienes limitamos la generosidad
de Dios, pues sus recursos, poder y voluntad no tienen fin. A Jabes
se le bendijo porque se rehusó a creer que cualquier obstáculo,
individuo u opinión era mayor que la naturaleza de Dios (…) Con una
simple y sencilla oración de fe, tú puedes modificar el futuro. Tú
puedes cambiar lo que sucede en un minuto a partir de ahora mismo".
A Jabes se lo bendijo simplemente porque
rehusó dejar que cualquier obstáculo, individuo u opinión fuese
mayor que la naturaleza de Dios. Esta, precisamente, es bendecir.
Bendecir en el sentido bíblico quiere decir
pedir o impartir un favor sobrenatural. Cuando suplicamos la
bendición de Dios, no solicitamos más de lo que nos es posible
conseguir. Clamamos por la ilimitada y maravillosa bondad que el
único Dios tiene: el poder de conocer o damos. A esta clase de
riqueza se refiere el escritor bíblico cuando dice: "La bendición
del Señor es nuestra mayor riqueza; todo nuestro afán nada le añade"
(Proverbios 22:10). Es indispensable notar un aspecto radical en
cuanto a la bendición que pide Jabes: Él dejó por completo que Dios
decidiera cuáles serían esas bendiciones y cuándo, cómo y dónde iba
a recibirlas. Esta clase de confianza decisiva e incondicional en
las buenas intenciones de Dios hacia nosotros.
La bondad de Dios para registrar la
historia de Jabes en la Biblia es un testimonio que demuestra que no
cuenta quiénes seamos o lo que nuestros padres hayan decidido por
nosotros, ni el futuro al que estemos "destinados". Solo cuenta
conocer lo que queremos ser y pedirlo.
A fin de que la magnificencia del Uno se
manifieste en tu cotidianidad, te ofrecemos, querido lector o
lectora, esta versión contemporánea de la oración de Jabes: